Ese mismo año, Ford forjó una prestigiosa alianza con Estée Lauder, un nombre icónico en el mundo de los cosméticos y fragancias de lujo, sentando las bases para la creación de fragancias y cosméticos opulentos. La fragancia inaugural que surgió de esta colaboración, Black Orchid en 2006, logró una aclamación instantánea, marcando el inicio de un viaje extraordinario. Desde entonces, una sucesión de exquisitas fragancias tanto para hombres como para mujeres ha adornado el mundo, cada una con el sello distintivo de lujo y sofisticación. Además, en 2007 se lanzó Tom Ford Private Blend, una línea sinónimo de prestigio, con Purple Patchouli como su primera fragancia, ejemplificando una dedicación inquebrantable a la elaboración de aromas de distinción incomparable.