En 2004, Jessica Simpson incursionó en la perfumería y colaboró con el fundador de Clean Line, Randi Shinder, para crear "Dessert Beauty", una colección de deliciosos brillos de labios, perfumes y cosméticos diseñados para un público juvenil. En 2008, Simpson unió fuerzas con Parlux Fragrances para presentar el sofisticado perfume "Fancy", que logró un éxito notable e inspiró varias fragancias relacionadas. Esta empresa solidificó su posición en el mundo de la perfumería de lujo.